RECUERDOS ENTRE INCIENSO E INFANCIA
(Actividad realizada por Paula Sánchez para el Proyecto de Innovación Educativa "De Raíz" del IES Pinar de Salomón de Aguas Nuevas, Albacete)
Mi abuelo Luis, a la edad de 4 años, sentado en el regazo de su madre
Para que entendáis un poco mejor la historia de mis abuelos, les he preguntado sobre su infancia en Semana Santa.
Mi abuela se llama Matilde, nació en 1950 y vivía en El Pozuelo. En su casa vivían 12 hermanos, sus padres y un perro.
Para ella la Semana Santa se celebraba yendo a misa, viendo los pasos que sacaban en el pueblo. Un ejemplo de un paso de la época puede ser este que pongo a continuación: eran pasos con imágenes pequeñas y humildes.
Paso de Semana Santa en Hellín, año 1928 (Fuente de la imagen: AQUÍ)
También iba a velarle al Señor y ver las procesiones. Sus amigas y ella se iban a pasear por el pueblo o la carretera porque no había baile ni nada.
La ropa que ella vestía era heredada de su hermana mayor. Ella se cosía poca ropa propia, sobre todo porque no había material suficiente para poder coser. Luego aprendió a coser pantalones a máquina y bordaba mucho.
Su alimentación era a base de potaje, espinacas, acelgas. Además, hacía vigilia, que consistía en que durante un periodo de tiempo (antes y durante la Semana Santa) no se podía consumir carne (eso es independiente de que ella no pudiera comer carne por la situación económica de su familia).
Ella iba a la Casa Cultural del cura. Iban todas las mujeres y los hombres del pueblo, pero esto solo ocurría cuando era Domingo de Resurrección.
Lo que más le gustaba de la Semana Santa era poder ver a mi abuelo en el baile, ya que mi abuela trabajaba en una casa como mujer interna y no podía apenas verlo, quitando las excepciones de fiestas, alguna tarde que la dejaban salir o el periodo de “vacaciones de verano”.
Cantaban canciones de misa, es decir, canciones populares que se aprendían de sus abuelas o madres y tenían significados religiosos. También canciones de la época.
Ella se lo pasaba bien con sus amigas a pesar de que no pudiera salir mucho, ya que a la hora de comer o cenar tenía que volver a la casa para la que servía a ponerles la mesa y prepararles la comida.
También le he preguntado a mi abuelo acerca de su infancia. Se llama Luis, nació en 1945, en el Madroño (aldea del Pozuelo).
En su casa vivían 5 familiares: su padre, dos hermanos y dos hermanas. También tenían, perro, un burro, mulas, gallinas, conejos y gatos.
En Semana Santa iban a misa, a las procesiones y él se divertía con sus amigos paseándose o jugando al truque. El truque era un juego de cartas muy popular. Se jugaba con baraja española y el juego consistía en acumular puntos. También se dedicaban a bolear (con bolas de hierro). No hacían otra cosa porque no había baile, ni dinero para ir a ellos.
Se vestía con pantalones de chaqueta de pana y, los días festivos, se ponía unas zapatillas.
Comían arroz, caldo, potaje, bacalao. No iba al baile hasta el Domingo de Resurrección, ya que no se hacía.
Esta es la infancia de mis abuelos durante la Semana Santa.
A mí me conmueve escuchar a mis abuelos contarme esas historias en las que no tenían posibilidad apenas de tener productos o alimentos que hoy en día nos parecen de lo más normal, pues hoy prácticamente la mayoría de la población se puede permitir comer alimentos convencionales.
También me parece impresionante cómo para mi abuela su vida era servir en una casa sin apenas descansos y alimentos para ella. Hoy en día es una locura que una niña pequeña, o una adolescente, se pase todos los días trabajando sin ver a sus padres o hermanos. Sobre todo, que ella hacía todo para poder salir adelante y que sus padres no tuvieran que hacer más esfuerzos de los que ya hacían. Aquella era la situación de muchas familias de la época en España.
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